Entrevistado en su casa de La Paz, Antonio Peredo Leigue habló sobre la participación de sus hermanos en la campaña insurgente del Che en Bolivia. El contexto político de la época, la situación del campesinado y las diferencias con el Partido Comunista de Bolivia fueron algunos de los ejes del diálogo que mantuvo con Darío Fuentes, director de La Pastera.
Periodista de profesión, Peredo es un comprometido militante político que acompañó Evo Morales como candidato a vicepresidente en la elecciones de 2002 y llegó a ocupar una banca en el senado boliviano en representación del MAS. Cuando era joven militó en el Partido Comunista Boliviano junto a sus hermanos. Dos de ellos, Guido “Inti” y Roberto “Coco” Peredo, integraron el grupo de combatientes que en 1967 lucharon junto Che en Ñancaguasú. El menor de los Peredo, Osvaldo, participó de otra experiencia guerrillera que tuvo lugar tres años más tarde, esta vez en las montañas de Teoponte. Lejos de los años de fuego, Antonio Peredo cultiva la calma que le permite analizar los hechos que sacudieron su país con perspectiva histórica. Sentado delante de una enorme pintura al óleo que reproduce el semblante del Che se prepara para bucear en su memoria y recordar los días en que el proyecto de revolución latinoamericana de Ernesto Guevara se puso a prueba.
¿Dónde conoció al Che? Conocí al Che en una circunstancia absolutamente distinta a la guerrilla. Yo viajé a un congreso de periodistas en el ‘60. De ese congreso me invitaron a una gira que incluía Checoslovaquia, la Unión Soviética y China. Y coincidí, en los tres países, con la primera delegación económica cubana presidida por el Che. Así que lo vi finalmente en Shangai. Como él sabía que éramos un grupo de periodistas latinoamericanos, organizó una cena en la que estuvimos juntos y pudimos conversar con él. Ese fue el único acercamiento que yo tuve con el Che. Cuando estuvo acá, en Bolivia, no lo vi.
¿De qué manera se incorporaron sus hermanos a la guerrilla? Nosotros éramos militantes del partido comunista y la dirección del PCB tenía mucho interés en tener un lugar en el escenario internacional. Esto le hizo ofrecer muchas cosas a la Revolución Cubana. Entre ellas, el apoyo al grupo de [Ricardo] Masetti en Salta. Inti y Coco también acompañaron al grupo del ELN peruano hasta Puerto Maldonado. En ese proceso indudablemente ellos llegan a tener una relación bastante íntima con los compañeros cubanos.
¿En qué contexto surge la experiencia guerrillera del ’67? En noviembre de 1964 se produce el golpe de René Barrientos contra Víctor Paz Estenssoro. Este golpe tiene como misión fundamental destruir el movimiento obrero político. En mayo del ‘65 ordenan la ocupación de las minas y la ilegalidad de los sindicatos. Y eso se acompaña con presencia de fuerzas militares en las minas. Los barrios obreros aquí en La Paz y en Oruro fueron ametrallados. Los dirigentes fueron apresados y confinados en puntos alejados del país. En septiembre de ese mismo año hubo un nuevo avance sobre las minas. Porque cuando los militares salieron, volvió a organizarse el sindicato aun cuando fuera ilegal. De todas maneras, frente a esas dos acciones militares sangrientas, el Partido Comunista no tenía ninguna respuesta, el movimiento obrero tampoco. Entonces, mi hermano Inti, que era miembro del Comité Central del PCB, plantea: “nosotros como vanguardia del proletariado ¿qué estamos haciendo contra esto?”. Discutieron largamente en el Comité Central y se formó la comisión militar, que era lo que planteaba Inti, y lógicamente lo nombran a él como responsable.¿Cuál fue la actitud del Partido Comunista Boliviano? Inti se pone a hacer una serie de cálculos y organigramas y se presenta al secretariado de [Mario] Monje y [Jorge] Kolle, diciendo que necesitaba plata. Pero, aunque el comité central había aprobado la formación de la comisión, no le había dado presupuesto. “¿Y cómo crees que se puede hacer esto?” -dio Inti- “Ese es tu problema” –le contestaron-. Entonces otra vez tuvo que hacer otro recorrido para reunir un nuevo plenario del Comité Central. Y en ese proceso Inti encontró el apoyo de la Revolución Cubana. Eso fue muy importante porque coincide con la salida del Che de Congo y el planteamiento de Fidel que dice: “ahí los muchachos de Bolivia se están preparando para hacer una guerrilla”. En realidad, la preparación inicialmente era para formar equipos de defensa. Pero bueno, la mejor defensa es el ataque. Entonces vamos allá y ya con la presencia del Che cambia todo el panorama. De una acción que se pensaba local, ni siquiera nacional sino reducido al sector occidental del país, se pasa a otra perspectiva. Y en esas condiciones es que se surge la guerrilla, que sin ninguna duda tenía que ser comandada por el Che.
Se habla de que los campesinos no comprendieron el mensaje del Che, ¿esto fue así? Posiblemente no lo entendieron. El campesinado había tenido en el ‘52 un fuerte vínculo con el gobierno que decretó la reforma agraria. Ese vínculo se mantuvo durante todo el proceso de la revolución nacional que se da desde el ‘52 al ‘64. De manera que cuando se da el golpe Barrientos el campesinado duda. No ven otro camino que el de hacer una alianza militar campesina. Así pretendían resguardar las conquistas que habían logrado con la reforma agraria. Pero lógicamente, no iba a durar mucho esa situación. Yo estoy convencido de que la guerrilla en Ñancahuasú los impactó de tal manera que terminaron de madurar en su proceso y se liberaron de esa prisión de los militares.
Los campesinos, ¿colaboraron en con el ejército para ubicar al Che? El Che estuvo en varias poblaciones y no hubo ningún alerta al gobierno. Los pobladores se contentaron con informar una vez que la guerrilla había pasado. ¿Quiénes informaron? Cuando estaban realmente arrinconados, un muchacho campesino informó al ejército que los había visto y es entonces cuando los rodean en la Quebrada del Churo. Otro caso es el de un campesino que había sido visitado desde el primer momento por la guerrilla y que al final entrega a la retaguardia, que es masacrada en Vado del Yeso. Pero se trata de casos aislados. Lógicamente que el gobierno, la prensa internacional, y muchos analistas, hicieron sesudos comentarios respecto de la ignorancia del Che sobre los campesinos en Bolivia. Decían que el campesino boliviano era otra cosa porque era propietario de su tierra. ¡Todavía hoy no son propietarios de su tierra los campesinos bolivianos! Hay algo que sabía el Che y que lo había planteado en su libro “Guerra de guerrillas”. Y es que si el campesinado veía que la guerrilla era tan fuerte que repelía al ejército, iba a estar con la guerrilla. Mientras tanto, era un mundo que iba a estar entre dos fuegos y tendría que aceptar ese doble papel. A la guerrilla le daría información y al ejército también.
Los mineros eran el sector que históricamente estaba más organizado, ¿cómo reaccionaron frente a la incursión del Che en el oriente? Los sindicatos mineros habían sido ilegalizados en 1965 y seguían ilegales. Cuando estalla la guerrilla comienza a organizarse una conferencia nacional de mineros en la clandestinidad. Reunir delegados en todo el país y pasar desapercibidos era difícil. Entonces eligen el 24 de junio, porque el 23 era la noche de San Juan y se hacían celebraciones y fogatas. Iban a ir a las fogatas, a jugar, bailar, divertirse, y al día siguiente iban a desaparecer en el interior de la mina y se iban a establecer ahí. La agenda de esa conferencia tenía como primer punto la necesidad de restitución del salario, porque en el’ 65 se les había recortado en el 40 por ciento. El aporte a la guerrilla, en dinero, medicamentos y voluntarios, era el segundo punto, El gobierno supo que se iba a realizar la conferencia minera, porque hubo delación, y entonces invadió la mina en la madrugada del 24. Mató como a 50 personas y no permitió la realización de la conferencia. Se llevaron como a 100 personas detenidas.
¿Por qué el Che eligió el oriente boliviano como zona de operaciones? Ñancahuasú era zona de reserva, por eso es que los guerrilleros hicieron cuevas para depositar las cosas. No era la zona de combate. Para la zona de combate tenían que avanzar hacia Cochabamba. De manera que eso quedaba como su retiro, su descanso. Pero lógicamente que no se tomaron todos los recaudos. Cuando los guerrilleros se instalaron en la casa de Calamina, no tomaron en cuenta que tenían un vecino sumamente acucioso que comienza a visitarlos y saca la impresión de que eran narcotraficantes. Este hombre pensó que estaban montando una fábrica de drogas y los denunció al ejército. Los militares llegan para enfrentar a una banda de delincuentes. De manera que aquel lugar, donde ellos suponían iba a ser el retiro, se convierte en campo de batalla.
Su hermano Inti fue uno de los sobrevivientes del grupo que comandó el Che ¿es cierto que intentó rearmar el ELN? Después de la muerte del Che, Inti es reconocido como Jefe del ELN por los otros sobrevivientes: Pombo, Benigno, Urbano, y Darío. Entonces él intenta la reestructuración del ELN, porque hasta ese momento era simplemente la columna guerrillera. Pero en ese proceso hubo retrasos. A Inti lo cercan aquí en La Paz, en una casa donde estaba alojado, y lo matan en el ’69. Y se trata ahí de elegir a un compañero. Al “Chato” [apodo con el que se conoce a su hermano menor, Osvaldo] le encargaron ponerse al frente de una guerrilla con ninguna experiencia. Entonces el comandó, con mucho valor, una columna de 70 hombres que entraron el 20 de julio del 70 en las montañas de Teoponte. Fueron derrotados y ahí murió prácticamente toda la dirección nacional de los universitarios y varios dirigentes campesinos.
Con la ventaja que nos da poder analizar el pasado, ¿cuáles serían, a su juicio, los errores que cometió el Che? El Che vulnera varias de las reglas que él establece en “Guerra de guerrillas”. El no podía quedarse en el lugar, eso es lo que dice ahí, pero esta hablando en frío. En caliente, dejar un compañero sin saber nada de él es otra cosa. Y entonces uno ve el recorrido que hace el Che buscando a un compañero. Y la otra cosa que él dice: “solo el odio nos va a permitir luchar adecuadamente contra el enemigo”. Pero cuando hacen una emboscada para agarrar un vehículo militar, que necesitaban para trasladarse mejor, eso no se da. El Che tenía que dar el primer disparo y dice: “eran dos muchachos muy jóvenes, no me animé a dispararles”. Ahí aparece el amor por encima del odio, eso fue en él una constante.